Seguro que en alguna ocasión te has topado con estas siglas: DIT. Son las iniciales de Documento de Idoneidad Técnico, un documento expedido por el Instituto de Ciencias de la Construcción, Eduardo Torroja, y realizado en estrecha colaboración con el fabricante.
El DIT evalúa exclusivamente aquellos sistemas constructivos propuestos por el fabricante, de acuerdo con la normativa vigente, con el objetivo de garantizar que estos sirvan para satisfacer una necesidad constructiva real o vengan a mejorar la metodología tradicional aplicada en un proceso constructivo concreto. Para ello se examinan todas las fases del proceso de producción, desde el momento de su diseño y concepción hasta su fabricación. Se trata de ofrecer una garantía extra por parte del fabricante, evitando las barreras técnicas que, en ocasiones, pueden encontrar los productos y sistemas para la construcción no normalizados.
Básicamente se trata de ofrecer una garantía extra a aquellos agentes del sector –arquitectos, ingenieros, arquitectos técnicos, etc.– que deseen emplear en su proyecto constructivo productos nuevos e innovadores, que se alejen de las soluciones tradicionales.
El DIT contribuye a:
Eliminar las reservas al uso de nuevos sistemas y productos.
Evita las barreras técnicas asociadas a la utilización de productos de construcción no normalizados, facilitando su incorporación al mercado nacional e internacional.
Da respuesta a las exigencias establecidas en la Ley de Ordenación en la Edificación LOE , la Directiva de Productos de Construcción DPC, y el Reglamento de Productos de Construcción RPC.
Como ya hemos comentado con anterioridad, es Instituto Eduardo Torroja es el encargado de auditar las plantas productivas donde se procesen los diferentes elementos que conforman el sistema constructivo. Se valora tanto su diseño y fabricación, como los ensayos realizados a los sistemas en relación a las normativas que determinan su uso en obra. Para tener una visión más global, también se analizan proyectos ya realizados con la solución constructiva a evaluar y se consulta a un comité de expertos externo, para que lancen cuantas dudas o propuestas de mejora considere oportuno.
Se considera que la evaluación técnica es válida siempre que se mantengan las características de identificación del producto y que el fabricante realice un control sistemático sobre la homogeneidad del mismo, conforme a las exigencias definidas en el DIT.
Los productos y sistemas evaluados con DIT son idóneos para la resolución de cualquier necesidad constructiva, tanto para obra nueva como para rehabilitación.