λ. Lambda. Nos suena a fraternidad americana y nos trae reminiscencias de las clases de griego o de las de física del instituto. Sin embargo, esta letra nos dice muchas cosas.
Para entender el concepto de resistencia térmica, primero es necesario recordar que es la conductividad térmica:
Como definición técnica, la conductividad térmica λ (lambda) representa la cantidad de calor que atraviesa un material de espesor e=1m y superficie S=1m2 durante un periodo de tiempo de 1 hora cuando la diferencia de temperatura es de 1ºC.
La conductividad térmica λ (lambda) es una característica de los materiales que representa la capacidad de los materiales de transmitir calor a través del movimiento de sus moléculas. De este modo, los distintos tipos de estructura que tienen los materiales hacen que estos transmitan más o menos el calor dependiendo del tipo de enlace molecular.
Por ejemplo, los materiales metálicos tienen enlaces covalentes, lo cual permite que mediante su vibración transmitan la electricidad y el calor. Es decir, los materiales metálicos son buenos conductores y malos aislantes.
De esta manera, Lambda nos ayuda a identificar a aquellos materiales con buenas propiedades aislantes, como la lana mineral, un producto idóneo para el aislamiento térmico y acústico. Estos son sólo algunos ejemplos.
Actualmente, el Código Técnico de Edificación establece que la Conductividad térmica λ, tiene como unidad de medida W/m.K.
Para poder dar un orden de magnitud a esta característica física se muestran a continuación distintos valores de conductividad de diferentes materiales:
En resumen, un material con un valor de conductividad térmica λ alto es un mal aislante o, lo que es lo mismo, cuanto menor sea el valor el material será más aislante. Pero ojo, eso no significa que sea suficiente para conseguir un adecuado aislamiento. Hay que tener en cuenta otros factores como el espesor y los puentes térmicos de los elementos de fijación, sin olvidarnos de la adecuación del aislamiento al sistema constructivo que se está utilizando.
¿Y la resistencia térmica?
Dicho todo lo anterior, es posible introducir ahora el concepto de Resistencia Térmica, que para un aislamiento dado, con un espesor “d”, nos permite conocer la capacidad aislante de dicho aislamiento.
Si en un aislamiento, con un espesor “d”, dividimos este espesor por la conductividad, se obtiene la resistencia térmica R, que es la capacidad que tiene un aislamiento al paso del flujo de calor.
Un material con un valor de Resistencia Térmica muy alta es un buen aislante. De este modo, con el valor de Resistencia Térmica es posible comparar distintas tipologías de aislamientos y espesores para poder realizar una comparación entre los mismos.
Por todo lo anterior, partiendo desde la conductividad térmica lambda, el aislamiento PIR es una de los aislamientos que necesita menor espesor para igualar la resistencia térmica de cualquier otro aislamiento. Esto implica una menor longitud de las fijaciones mecánicas a utilizar y por lo tanto un mejor manejo en la cubierta también debido a su menor peso.
Con estas nociones podrás elegir siempre el material aislante más adecuado para tu cubierta. Eso sí, no olvides fijarte en el espesor recomendado y confía siempre en un instalador cualificado para que el sistema sea lo más eficiente y aporte todas sus ventajas y prestaciones.
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