El sonido está producido por pequeñas variaciones de presión en un medio, habitualmente el aire. Estas variaciones son originadas por las vibraciones de un objeto o una estructura. Por ejemplo, al hablar provocamos un movimiento de las partículas de aire alrededor de nuestra boca. El movimiento de estas partículas, causa pequeñas variaciones sobre el valor de la presión atmosférica, que son detectadas por nuestro oído.
Un sonido se caracteriza por dos propiedades: la amplitud y la frecuencia.
La amplitud indica la magnitud de las variaciones de presión. Cuanto mayor sea este valor más fuerte será la sensación de sonido que percibimos. Debido a que el rango de amplitudes que el oído es capaz de detectar es muy amplio, se utiliza una escala logarítmica o ‘comprimida’, cuya unidad es el decibelio (dB) para facilitar su valoración.
La mínima variación de presión que el oído es capaz de detectar son cero decibelios
(0 dB), y es lo que se considera como umbral de audición.
En el otro extremo, la máxima variación que podemos soportar es de 120 dB, y es lo que se considera como umbral de dolor. A partir de este valor se producen daños irreversibles en el sistema auditivo.
Entre el umbral de audición y el umbral de dolor podemos situar los niveles de presión acústica que percibimos habitualmente. En la siguiente tabla se muestran varios ejemplos, medidos a un metro de distancia:
Se debe tener en cuenta que un aumento de 10 dB en el nivel de un sonido, equivale a percibir este sonido el doble de intenso.
Otra cuestión importante que se debe conocer sobre la amplitud de los sonidos es que no se suman de forma aritmética, sino de forma logarítmica. Esto significa que dos personas hablando cada una de ellas con una amplitud de 60 dB, la suma será de 63 dB en lugar de 120 dB que equivaldría al despegue de un avión.
La frecuencia indica la velocidad de las variaciones de presión por segundo y se mide en hercios (Hz), que es el número de variaciones por segundo.
El rango de frecuencias que es capaz de percibir el oído humano se encuentra entre los 20 Hz (20 variaciones por segundo) y los 20000 Hz (20000 variaciones por segundo).
Debido a que este rango es muy amplio se subdivide en tres zonas:
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